Tuve la oportunidad de estar en un evento familiar en Chicago la semana pasada. Estuvimos felices y como siempre, los viajes son muy aleccionadores para todos. Esta anécdota no puedo dejarla de compartirla ahora que el tema de la migración en Estados Unidos esta sobre la mesa afectando a muchos compatriotas y por ende a nuestra Guatemala.
Empiezo: salimos a cenar a un lindo restaurante. El mesero del tamaño de Pavarotti, con una voz ronca y aduladora nos atiende muy bien. Su ayudante muy oficioso e hispano parlante, nos comenta, luego de preguntarnos si todo va bien, que de dónde éramos. Con nuestra respuesta nos recalca que el compañero del otro sector es guatemalteco. Llamánoslo le dice mi hermano mayor.
Muy comedido llega un hombre de unos cincuenta y pico, no muy alto, pero tampoco bajo, con una sonrisa amable, más bien con acento y modismos mexicanos en su español. Nosotros le decimos "eso no se vale..." Nos replica "es que miren aquí el "vos" de los chapines no lo entienden, así que ni modo".
Se presenta aclarándonos que su nombre es Fausto y su apellido es Alejandro. Inusual nos pareció, pero personalmente le encontré mucho carácter a esta particularidad poco conocida y al mismo tiempo poco escuchada por todos nosotros.
Quezalteco de origen, como mi familia paterna, con 24 años de residir en Chicago. Nos cuenta su historia y cómo fue, poco a poco trayendo a su familia. Esposa y cuatro hijos. Todos ahora con educación técnica o universitaria. "Este trabajo de estos últimos ocho años", nos dijo, "me ha ayudado, a sacar a mi familia de mejor manera. Saco doscientos dólares diarios, haciendo entre mil y mil doscientos dólares semanales".
En el momento que Fausto se acercó la primera vez, estábamos terminando y estábamos listos para pedir el postre. Luego de tremenda comida queríamos dos postres para compartir entre cinco personas. Digo esto porque luego de la primera charla él se acerco al mesero principal y le dijo algo al oído.
Regresa y continúa sus anécdotas sobre su familia que ha dejado en Guatemala, donde el año pasado atendió al entierro de su padre y como su madre aún vive. Sus idas manejando con otros amigos a visitar su terruño, tomándoles 5-6 días completar los 4,203 kilómetros que lo separan de Xela.
De repente la sorpresa de la noche....aparece el mesero con seis diferentes e inmensos pedazos de pastel dejando que Fausto los coloque en el centro de la mesa y quien dice mientras los colocaba: este es un tres leches, este es un bostoniano, uno de coco, uno de banano, un key lime pie y un pie de pecana.
"Esto es algo que yo he ordenado para Ustedes y que quiero regalarles para que se lleven un mejor recuerdo de esta noche que veo que es especial para Ustedes". Nos estaba en pocas palabras ofreciendo un tercio de su trabajo de esa noche... sin ni siquiera conocernos.
Realmente los cinco quedamos sin mucho que decir sino que con gran emoción dimos unas Muchas, muchas, gracias acompañado de una foto que nos tomara el gran mesero con Fausto.
Incrédulos, pero al mismo tiempo para mi, con tantos años viviendo fuera cuando uno encuentra a un chapín, como uno, se siente muy bien y alegre de salir del mundo al que nos hemos tenido que adaptar. Convivir aunque sea por algunos momentos, compartiendo recuerdos de nuestra vida anterior y anécdotas de nuestra vida y estadía en el país que nos ha adoptado y que hemos adoptado.
Como Fausto Alejandro, para 2010 existían, según la Oficina Americana del Censo, 1.1 millones de guatemaltecos, siendo la sexta población más grande de hispanos, representando un 2.2% de todos los hispanos en Estados Unidos; muy por detrás del primer puesto, México, con 32.9 millones que equivalen al 64.9%.
Cabe resaltar también que según la Organización Internacional de Migraciones -OIM- la estimación de remesas para 2013 que aportaron los guatemaltecos fue de US$ 5.400 millardos. Equivalente al 6.62% del PIB de ese año. Cuando observamos las Importaciones y Exportaciones de bienes para 2013, según el World Factbook de la CIA, tuvimos un déficit de US$6.4 millardos. Podríamos decir que con las remesas logramos cubrir este déficit en un 85%.
También se podría decir que en este negocio de la migración todos ganan: Seguramente Fausto Alejandro y toda su familia porque encontró una oportunidad para superarse; Estados Unidos por tener mano de obra que necesita y una nueva generación de profesionales con los hijos de Fausto y finalmente Guatemala por liberarse de esa presión que tiene al no poder ofrecer mejores oportunidades a aquellos que optan por esa aventura riesgosa y extremadamente peligrosa de emigrar al Norte.
Viéndolo desde otra perspectiva Guatemala deja ir a gente maravillosa que no pudo retener y allí creo que hemos perdido porque al final el capital humano es lo que por encima de todo hace a una nación.
Gracias infinitas Fausto Alejandro, nos diste una lección que nunca olvidaremos, mi hija y todos los adultos que íbamos, sin lugar a dudas quedamos impactados. Creo sin lugar a dudas que quedará grabado en nuestras almas y mentes ese gesto infinito de humildad y generosidad que caracteriza a la mayoria de los chapines.
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Isabel Morales |
Isabel tiene experiencia en los sectores público, privado y sociedad civil. Esto le ha dejado un amplio rango de conocimientos y experiencia a lo largo de más de 30 de trabaj |
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