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Kamala Harris goes to Guatemala
Fecha de Publicación: 07/06/2021
Tema: Corrupción
La vicepresidenta Kamala Harris visita Guatemala el lunes como parte de su esfuerzo por abordar las "causas fundamentales" de la migración desde el Triángulo Norte de Centroamérica, que también incluye a El Salvador y Honduras. Uno de los objetivos de la Sra. Harris es impulsar la inversión para la región.
Cuenta con muchas simparías entre políticos, activistas de organizaciones no gubernamentales y empresarios resbaladizos que saben una o dos cosas sobre el emprendimiento político.
Lo invisible importará más. Para Guatemala, eso es un gran número de pequeños y medianos inversionistas, extranjeros y nacionales, que son necesarios para el desarrollo, pero no están de acuerdo con la señora Harris porque desconfían de su agenda.
La política guatemalteca está muy cargada, polarizada y corrupta. Por un lado, con apoyos en Washington, aplaude las invasiones de tierras, el robo de electricidad y los bloqueos de carreteras en nombre de la justicia social. Para la izquierda contraria al desarrollo, en Guatemala y en el Partido Demócrata estadounidense, el Estado de Derecho en el mundo en desarrollo es una molestia.
La señora Harris mostró sus tarjetas en Washington el mes pasado cuando se reunió con la ex Fiscal General de Guatemala Thelma Aldana, a pesar de las dos órdenes de arresto pendientes de la señora Aldana en Guatemala por cargos de corrupción. Ella ha dicho en Twitter que es víctima de "fuerzas oscuras".
La exjueza del alto tribunal guatemalteco Gloria Porras estuvo en la misma reunión, aunque hay decenas de denuncias legales en su contra en su país por supuestamente negarse a obedecer la constitución. Entre ellas figuran las quejas de una mayoría cualificada de la asociación de representantes que redactó la constitución a mediados del decenio de 1980. La señora Porras afirma que una conspiración antidemocrática le negó un tercer mandato de cinco años.
La muestra de apoyo de la señora Harris a la señora Aldana y a la señora Porras fue un teatro político. Si la vicepresidenta de Estados Unidos se tomara en serio la intención de atraer inversiones a Guatemala, les habría dicho que se fueran a casa y se enfrentaran a la justicia. Parafraseando a la señora Aldana de su tiempo como la principal fiscal de la nación, “si no hay nada que ocultar, no hay nada que temer”.
Tal vez la señora Aldana y la señora Porras están preocupadas de que sean tratadas como lo fueron a menudo los acusados durante sus mandatos. Pregúntenle a la familia Bitkov o a Max Quirín, ambos víctimas de abusos de poder por parte del fiscal general y el juez del alto tribunal.
Los inversionistas saben que el desbocado error judicial por parte de jueces y fiscales guatemalteco ocurrió durante el gobierno de Iván Velásquez, el izquierdista colombiano que en octubre de 2013 asumió el cargo de jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de la ONU. El señor Velásquez armó a la CICIG con fines políticos, utilizando la "detención preventiva" como una herramienta para aterrorizar a la sociedad guatemalteca y silenciar a la oposición política de izquierda.
La manera de mantenerse fuera de la línea de fuego del señor Velásquez era alinearse detrás de él. Una prensa perezosa y corrupta desempeñó el papel de Madame Defarge. El comisionado ganó elogios cuando encarceló al presidente Otto Pérez Molina y a la vicepresidenta Roxana Baldetti por una presunta red de delitos aduaneros. Sin embargo, la CICIG aún no había obtenido condenas en ese caso cuando, en 2019, su mandato no fue renovado. La CICIG abandonó el país, un experimento fallido en la creación de instituciones debido en gran parte al celo político del señor Velásquez.
La reunión de la señora Harris con la señora Aldana y la señora Porras indica hacia dónde quiere dirigir la administración Biden a Guatemala. Igualmente preocupante es la decisión del presidente Biden de nominar a Todd Robinson, exembajador de Estados Unidos en Guatemala, para dirigir la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado. La oficina de "drogas y matones", como a veces se llama a la cartera, está activa en Centroamérica. El historial del señor Robinson plantea serias dudas sobre su idoneidad para el trabajo.
Sin duda, pasa la prueba de fuego ideológica de los demócratas. Durante su tiempo en la embajada se ganó una reputación de entrometerse en la política doméstica de maneras que iban mucho más allá del alcance de su responsabilidad. Era conocido, por ejemplo, por presionar al Congreso de Guatemala para que confirmara jueces alineados con sus puntos de vista políticos. El Departamento de Estado me dijo que no estaba disponible para hacer comentarios.
A juzgar por las muchas apariciones públicas del señor Robinson con la señora Aldana pro-CICIG, los dos fueron cercanos y él la apoyó, incluso mientras ella tomaba decisiones que arriesgaban la seguridad nacional de Estados Unidos. En 2014 y 2015, personas con información privilegiada en el Registro Nacional de personas de Guatemala y en la oficina del fiscal general presentaron evidencia a la señora Aldana que sugería que las tarjetas de residencia permanente se emitieron fraudulentamente para personas de lugares como Kazajstán, Rusia, China, Irán, Libia y Siria. Tales tarjetas se pueden utilizar para asegurar la ciudadanía guatemalteca, que luego se puede utilizar para solicitar visas estadounidenses. Como informé en diciembre de 2018, en lugar de investigar a la persona que firmó esos documentos, la señora Aldana la ascendió a fiscal general adjunta.
El Senado debería preguntar al señor Robinson si conocía las decisiones de la señora Aldana y, de no ser así, por qué no. Entre los que merecen respuestas se encuentran los inversionistas que la señora Harris está cortejando para Guatemala.
Mary Anastasia O"Grady, también conocida como Mary O"Grady, es una periodista, editora y columnista estadounidense que ejerce como editorialista del diario neoyorquino Wall Street Journal. Es miembro del consejo editorial de este periódico desde el año 1999 y una de las editoras del Índice de Libertad Económica. Su especialidad son los temas relativos a Latinoamérica y cómo las políticas de izquierda destruyen sus sociedades.
O"Grady ha recibido críticas por inexactitudes en artículos escritos en el WSJ. Se ha caracterizado por su posición radical contra gobiernos socialistas, lo cual ha suscitado respuestas por parte de personas como Phillip Cryan, que criticó los alegatos de O"Grady en el sitio CounterPounch. Se le ha criticado por su apoyo, por medio de sus columnas, a controversiales privatizaciones en el Salvador.
Es célebre por sus planteamientos en la línea del liberalismo clásico, su rechazo frontal a los gobiernos de izquierda en América y por ser partidaria de la legalización del tráfico de drogas.